Juan
Luis Guerra Seija nació en Santo Domingo, el 7 de junio 1957, y cursó
sus primeros estudios de enseñanza general en los colegios de La Salle,
Santa Teresita y San Juan Bautista. De aquellos estudios, el joven Juan
Luis pasó a matricular en la Universidad Autónoma de Santo Domingo
donde,
después de concluir el colegio universitario, cursó el primer año
en Filosofía y Letras. Pero aquel muchacho de guitarra en ristre,
seguidor de la nueva canción lartinoamericana, oidor empedernido de
Pablo Milanés, Silvio Rodriguez y Facundo Cabral, matriculó en el
Conservatorio Nacional de Música de Santo Domingo y, por ese trillo de
carreras tortuosas, inseguras y por lo general poco “lucrativas”, metió
la cabeza.
De
su país viajó a Boston, en los Estados Unidos, y estudió composición y
arreglos musicales en el Berklee College. En el conservatorio musical de
la misma ciudad engrosó sus conocimientos de armonía y arreglo.
En
1984 formó el grupo 4.40 y, junto a las excelentes voces de Roger
Zayaz-Bazán, Maridalia Hernández y Mariela Mercado grabó sus primeros
discos. Soplando fue el inicio de una larga lista de producciones que contiene Mudanza y acarreo, Mientras más lo pienso tú, Ojalá que llueva café. A finales del año 1990 vino Bachata rosa,
y con este registro Juan Luis y su grupo se colocaron en el tope de la
popularidad. Por él recibieron, en 1991, el Granmy en la categoría de
Mejor Disco Tropical, galardón nunca antes alcanzado por un dominicano.
Millones de copias de esta producción fueron vendidas y, en sus presentaciones por todo el mundo, los locales eran abarrotados por el público. En 1993 lanzó Juan Luis al mercado su sexto disco de larga duración, con el título Areíto. Después vendría Fogaraté, y en 1995, Grandes éxitos, una producción que recopila dieciocho de sus temas más populares hasta ese momento.
En
1998, luego de algunos años alejado de los estudios de grabaciones y
los escenarios, enfrascado como estaba en echar adelante una estación de
radio y un canal televisivo, volvió nuevamente Juan Luis al ruedo y,
con iguales triunfos estruendosos, se volvió a colocar en los lugares
cimeros de las listas de venta, gracias a la producción Ni es lo mismo ni es igual.
Su
carrera ha sido reconocida en su patria, donde se le han otorgado
varios galardones; entre ellos, El Soberano, máximo sitial de los
premios Casandra; la Universidad Autónoma de Santo Domingo le hizo
acreedor del Título de Profesor Honorífico y se le ha declarado Hijo
Distingudo de su ciudad natal. Pero, además de todos estos triunfos y
“por encima de cualquier razonamiento”, su obra está más allá de los
éxitos temporales, su labor musical vive independientemente de los
vaivenes de la moda y las manipulaciones mercantiles. Clavada en el
centro mismo de la cultura dominicana, en el corazón de la cultura del
continente americano, la labor musical de Juan Luis Guerra es el sitio
al cual deberán volver las nuevas generaciones para reconocerse en sus
esencias. Para reconocer cómo se es, en arte, un genuino representante
de las raíces de su pueblo y, al mismo tiempo, el más distinguido,
moderno y universal de los compositores.
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